Al concluir la Asamblea Plenaria 2025 de la UISG, recogemos en esta sección los testimonios y reflexiones de varias Superioras Generales sobre los grandes temas que animaron nuestros días de escucha, discernimiento y comunión.

A través de estas entrevistas semanales, deseamos abrir un espacio de escucha y comunión, donde resuene la experiencia de quienes, desde contextos diversos, caminan en clave sinodal al servicio del Evangelio y de la vida consagrada en el mundo de hoy.

Esta semana compartimos las palabras de la Hna. Lilian Kapongo, Superiora Generale de las Hermanas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús, sobre la vida consagrada.

"La fuerza de la vida consagrada no está en hacer la guerra ni en ser poderosos, sino en esta vida humilde, a veces escondida, frágil. Es más, hace que otros depongan las armas.

La fuerza del amor, la fuerza del don de sí mismo, es verdaderamente la esperanza que ilumina.

En este sentido, la vida consagrada sigue siendo un signo de esperanza, no porque sea poderosa en el sentido humano de armas o de ruido, sino en la humildad, en el amor, en la entrega total y en la cercanía. Vivir para los demás."