
01/10/2025
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León XIV inauguró la Conferencia Raising Hope: ¿qué queda por hacer en torno a Laudato Si’?
León XIV inauguró la Conferencia Raising Hope: ¿qué queda por hacer en torno a Laudato Si’?
Un trozo de hielo glacial de Groenlandia protagonizó el escenario de la apertura de la Conferencia Raising Hope, en la que el papa León XIV llamó a los presentes a volver al corazón, porque solo allí se podrá tener una verdadera conversión ecológica.
“Dios nos preguntará si hemos cultivado y cuidado del mundo que creó y de nuestros hermanos y hermanas. ¿Qué responderemos?”
En la tarde del 1 de octubre, en el Centro Internacional Mariápolis del Movimiento de los Focolares en Castel Gandolfo, Roma, se inauguró la Conferencia Raising Hope con la participación de Su Santidad León XIV y otras personalidades como Arnold Schwarzenegger, exgobernador de California, y la Honorable Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.
La sesión combinó testimonios, momentos espirituales y artísticos, en acción de gracias por el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si'. Representando al Movimiento Laudato Si’, Christina Leaño, directora asociada, e Igor Bastos, director de Brasil, presidieron la apertura de la jornada.
Un momento icónico fue cuando el Papa León XIV tocó y bendijo un trozo de hielo, de más de 20.000 años, desprendido, debido al cambio climático, de un glaciar en Groenlandia; y también bendijo agua traída de distintos rincones del planeta, como gesto simbólico que encarnó compasión y preocupación por el grito de la tierra y de los pobres.
Laudato si’, ¿qué queda por hacer?
“Esta encíclica ha inspirado profundamente a la Iglesia católica y a muchas personas de buena voluntad”, comenzó diciendo León en su discurso sobre Laudato Si’, “la cual abrió un fuerte diálogo, grupos de reflexión y programas académicos”. El Papa hizo mención a cuánto se extendió la encíclica de su predecesor “en cumbres internacionales, en el diálogo ecuménico e interreligioso, en círculos económicos y empresariales, en estudios teológicos y bioéticos”.
Dando gracias al Padre celestial “por este don que hemos heredado del Papa Francisco”, León se detuvo a mencionar que los desafíos ambientales y sociales hoy son aún más urgentes. Ante el aniversario debemos preguntarnos, “¿qué queda por hacer? ¿Qué hay que hacer ahora para garantizar que el cuidado de nuestra casa común y la escucha del clamor de la tierra y de los pobres no parezcan meras modas pasajeras o, peor aún, se vean y se sientan como cuestiones divisorias?”, indagó.
Volver al corazón: de la recopilación de datos al cuidado
“Hoy más que nunca es necesario volver al corazón, lugar de la libertad y de las decisiones auténticas”, afirmó entonces el Pontífice, porque aunque este “incluye la razón”, también “la trasciende y la transforma”. “El corazón es el lugar donde la realidad externa tiene mayor impacto, donde se lleva a cabo la búsqueda más profunda, donde se descubren los deseos más auténticos, donde se encuentra la identidad última de cada uno y donde se forjan las decisiones”.
En este aspecto, señaló que “solo volviendo al corazón puede tener lugar una verdadera conversión ecológica”. “Debemos pasar de la recopilación de datos al cuidado; y del discurso medioambiental a una conversión ecológica que transforme los estilos de vida tanto personales como comunitarios”, afirmó.
León recordó a los presentes que esta experiencia de conversión nos orienta hacia el Dios vivo: “No podemos amar a Dios, a quien no vemos, mientras despreciamos a sus criaturas. Tampoco podemos llamarnos discípulos de Jesucristo sin participar en su visión de la creación y su cuidado por todo lo que es frágil y herido”.
No hay lugar para la indiferencia ni la resignación
Antes de concluir su discurso, el Papa miró con esperanza las próximas cumbres internacionales —la COP30 de 2025, la sesión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y la Conferencia del Agua de 2026—, “para que escuchen el clamor de la tierra y de los pobres”.
Asimismo, animó a especialmente a los jóvenes, a los padres y a quienes trabajan en las administraciones e instituciones locales y nacionales, a que contribuyan a “encontrar soluciones a los desafíos culturales, espirituales y educativos de hoy, luchando siempre con tenacidad por el bien común”.
Finalmente reflexionó: “Dios nos preguntará si hemos cultivado y cuidado del mundo que creó y de nuestros hermanos y hermanas. ¿Qué responderemos?”.
1.5 billones de católicos pueden involucrarse
El actor y exgobernador de California, fundador del Instituto USC Schwarzenegger de Políticas Estatales y Globales, de la Iniciativa Climática Schwarzenegger, Arnold Schwarzenegger, inició su discurso felicitando al Santo Padre por la instalación de paneles solares en los techos del Vaticano: “Estoy junto a un héroe”, afirmó.
“Hay 1.5 billones de católicos, ese poder y esa fuerza hay que usarlo para involucrarse en el movimiento climático”, mencionó Schwarzenegger al tiempo que hizo un llamamiento a hablar más de la contaminación: “La persona común y corriente no entiende cuando hablamos de carbón cero o de las temperaturas en aumento. En lugar de hablar a la cabeza, tenemos que hablar al corazón. Podemos poner fin a la contaminación si trabajamos juntos, porque Dios nos puso en la tierra para que la convirtiéramos en un lugar mejor”, indicó.
Ante la COP de la esperanza
Posteriormente fue el turno de la honorable Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, jefa de la presidencia conjunta de la COP30. En su discurso se mostró inspirada por los valores cristianos al participar de la conferencia.
Con ánimo, afirmó: “Estoy segura de que el Papa hará una gran aportación para que la COP30 pase a la historia y se convierta, como todos deseamos ardientemente, en la COP de la esperanza, para preservar y cultivar todas las formas de vida que son parte del hermoso jardín que Dios nos ha regalado”.
De las lágrimas a la esperanza
En el escenario, el Papa estuvo acompañado por la Dra. Lorna Gold, directora ejecutiva del Movimiento Laudato Si’ y presidenta del Comité Organizador de la Conferencia; Margaret Karram, teóloga y presidente del Movimiento de los Focolares; el sacerdote Jesús Morán; y Yeb Saño, presidente de la Junta Directiva del Movimiento Laudato Si’, que compartió con el Pontífice su propia historia, en Filipinas, en contacto directo con múltiples catástrofes climáticas, e introdujo a los testimonios principales.
Posteriormente, se produjo un momento simbólico espiritual en el que representantes de distintos países como Timor Oriental, Irlanda, Brasil, Zambia y México trajeron agua desde su tierra, para ponerla en común en un cuenco en el escenario. Ellos encarnaron el clamor de los pueblos originarios, de la vida silvestre, los ecosistemas, las generaciones futuras, los migrantes, los pobres y la tierra que gime.
De las lágrimas a la esperanza, y con una audiencia de pie, el Papa León se acercó a tocar el hielo glacial y proclamó la bendición sobre el agua y sobre todos los presentes: “Que trabajemos por el florecimiento de toda la creación”, exclamó. Los artistas Adenike, Gen Verde y los Pacific Artists for Climate Justice animaron con momentos musicales el encuentro.
Un trozo de glaciar de Groenlandia
El hielo recorrió más de 5000 kilómetros desde los fiordos de Nuuk, Groenlandia, hasta Castel Gandolfo, Roma. El artista Olafur Eliasson organizó el traslado del hielo a Roma para la ocasión con el apoyo del geólogo Minik Rosing. Recogido en el fiordo de Nuup Kangerlua, el bloque de hielo se había desprendido de la capa de hielo de Groenlandia y se estaba derritiendo en el océano.
La vasta capa de hielo de Groenlandia es uno de los reguladores climáticos más importantes de la Tierra. Formada por nieve compactada durante decenas de miles de años, contiene capas de más de 100 000 años de antigüedad que albergan burbujas de aire antiguo que registran la historia de la atmósfera terrestre.
El Centro de Información sobre la Tierra de la NASA estima que la capa de hielo de Groenlandia está perdiendo aproximadamente 270 000 millones de toneladas al año como consecuencia del cambio climático. A medida que el hielo libera agua de deshielo en el océano, nos recuerda que nuestra relación global con las capas de hielo es existencial: nos vinculan con el pasado, dan forma a nuestro clima actual y, dependiendo de nuestro cuidado o negligencia, determinarán nuestro futuro común. Si el hielo se derrite por completo, la NASA predice que el nivel del mar aumentará unos siete metros (23 pies), lo que modificará las costas y desplazará a millones de personas en todo el mundo.
Roma, 1 de octubre de 2025
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